Cortina de humo

En estos días previos a la entrada en vigor de la Ley de Prevención del Tabaquismo, el Ministerio de Sanidad ha lanzado una campaña de “concienciación” de la ciudadanía en forma de mensajes publicitarios, en los que se afirma que, el tabaco, es el causante directo de, al menos, cincuenta mil muertes anuales en España. Si la administración es consciente de eso no entiendo porqué se sigue vendiendo tabaco en este País. Cabría preguntarse si no será por los pingües beneficios que el negocio del tabaco deja en las arcas del Estado, más de seis mil millones de euros, los cuales no retorna para combatir, ni tan siquiera paliar, los efectos de esa horrible pandemia. Desde la misma Administración y de casi todos sus partidos satélites, se intenta atenuar los efectos negativos que provocará en los votantes fumadores la aplicación de la Ley, promoviendo que las administraciones costeen los gastos de deshabituación. De prosperar tal medida serían los impuestos de todos, fumadores y no fumadores, los que deberían sufragar dicha deshabituación. Fantástica medida que reparte entre todos la factura del desastre causado por unas empresas y que, a la hora de los beneficios, no los comparte con sus ciudadanos envenenados. Negocio redondo basado en una tremenda injusticia ya que no es la Administración quién debe pagar esos costes, sino aquellos que se han lucrado con la venta del tabaco es decir, la industria tabaquera. Pero claro, eso le representaría a la Administración iniciar un proceso judicial contra unos socios importantes que reportan buenos dividendos a las arcas del Estado y, ya se sabe, “poderoso caballero don dinero” aunque sea a costillas de las “idems” de los ciudadanos. Mientras tanto entretendrán al personal aprobando leyes de un más que incierto cumplimiento. Mientras tanto irán lanzando cortinas de humo para que no veamos cual es el flujo del dinero desde la industria tabaquera a los bolsillos de nuestra voraz Administración.
La expresión “cortina de humo” se empezó a utilizar en la Grecia antigua a raíz de una situación provocada por un político llamado Alcibíades que vivió allá por el siglo V antes de Cristo. Este no fumador (no consta que fumase nadie en la Grecia antigua) era un mandatario con cierto poder en Atenas que tuvo algunos “problemillas” con sus ciudadanos al abusar del mismo. Cuentan que Alcibíades tenía un perro magnífico que era la envidia y admiración de toda la ciudad, por eso no entendieron que un día, sin venir a cuento, el tirano le pegara fuego y lo matase. Nadie entendió tal acción excepto el tal Alcibíades que, con tamaña atrocidad, intentaba desviar la atención de sus administrados que hablaban más de ese "canicidio", que de los asuntos de su gobierno. Está claro que aprendimos rápido.
8 comentarios
Para Virginia poniéndonos difícil la vida -
Para cielodescubierto revolucionándome con su revolución -
Y no te preocupes por lo del transporte. Te llevaré en brazos... (¿Me habré pasadooooooooo? :-SS. Noooooooo. Que ahora estoy forzudísimo con eso del gimnasio)
Para Kaleidoscopio sin abusar... -
Para monocamy, en su mundo de colores -
Virginia -
cielodescubierto -
Pero sí es cierta la máxima acuñada al respecto del caballero dinero, en este y otros múltiples campos... es el cuento de nunca acabar... Y cuando se acabe esta ley vendrá otra, y después otra... y otra más sufragada con nuestros gastos, y cientos más... Y si no, siempre podemos resucitar la LOE, o la LOU... o tantas otras que sufragamos y resufragamos estudiantes y no tan estudiantes. ¿ O alguien cree a estas alturas que la campaña del tabaco es la única que nos divide en dos? ;)
PD. Y hoy, que estoy reivindicativa, hago un tercer apunte... vuelven a subir el transporte público en la capital... a los que conducen y a los que no... otra para no empezar :P
Kaleidoscopio -
Por lo de la ley, yo creo que progresará, ojalá, ya les envidio.
monocamy -
Como ocurrió con el divorcio. Y con el aborto. Y como está ocurriendo con las bodas entre homosexuales. Paciencia.
:)